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1. El hombre se interroga por el valor y el sentido de su vida

Y la verdad es que cuando el hombre se pregunta en profundidad, ésa es siempre una pregunta «religiosa, es decir, que le pone en trance de “relación” con “algo” o “alguien” más allá de la realidad inmediata..

Los hombres de todos los tiempos se han cuestionado sobre muchas cosas e intentaron dar respuesta a ellas de muy diversas maneras. 
Los hombres desde siempre: 
•    Se vieron rodeados de fuerzas y realidades muy superiores, como los astros, el mar, la tormenta, y se preguntaron qué significaba aquello, quién lo movía, cómo se detenía el mar que inundaba la tierra ¿eran amigos o enemigos suyos?
•    Miraron hacia dentro de sí mismos y se preguntaron muchas cosas más. ¿Por qué no había nado que los llenase del todo, porqué toda experiencia, aunque fuese feliz, dejaba algo de vacío por alguna parte, porqué les pasaba esto y no otro? 
•    Y luego se vieron viviendo, y cada vivencia les suponía una pregunta más: el trabajo, la familia, el amor... 
•    Y sin remedio se preguntaron por su vida: ¿qué pintamos aquí?, ¿para qué vivimos? y no pudieron evitar el preguntarse por la muerte: ¿acabamos aquí o hay algo más? ¿Sólo queda el vacío, «después»?

En una palabra, el hombre se interroga desde siempre por el sentido de su vida... Y tú? Alguna vez te has preguntado qué razón tienes para hacer lo que haces?

 

Todo el mundo se pregunta por el sentido de la existencia. Posiblemente es la o idea sobre ella. Muchos dicen que esta interrogación carece lógica en cuanto que la vida carece de fin último. Sin embargo, para llegar a sostener con consistencia y rigor que la vida carece de significado o de sentido teleológico se requiere, previamente, haberse preguntado sobre el sentido de la vida. 

1.1 El Valor y el sentido de la vida

(Tomado de https://santiagogonzalez.webnode.es/clases-2013/grado-decimo/)

 

Imagina en el contexto de la creación, a Adán surgiendo a la vida. Despertar, ver lo que le rodea, y tener esa capacidad de pensarse. ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué es lo que veo? ¿Por qué soy?  ¿Cómo llegué a este mundo? ¿Para qué existo?

 

Sin duda, para él, fue difícil responderse estas preguntas. Pero tenía un guiador; Un Maestro, alguien acababa de darle la vida  y estuvo allí a su lado para que no desesperara.Hoy, igual que al comienzo, Dios está a nuestro lado para responder nuestras preguntas, para orientarnos y darle sentido a nuestra existencia.

 

La ansiedad, el vacío existencial, el placer, el dolor, las pérdidas, el sufrimiento, o la paz, la felicidad, el amor, el trabajo, el éxito o el fracaso son parte inevitable de la vida; sin embargo, cuando el ser humano encuentra su sentido de vivir tendrá una experiencia positiva y enriquecedora.

 

Pero ¿qué es en realidad, el sentido de la vida?

 

La pregunta por el sentido de la vida es compleja, pero de una enorme importancia para la felicidad de las personas. Debemos intentar clarificar en que consiste preguntarse por el sentido de la vida. Pregunta que nos llevará a definir también cuál es el propósito para el cual estamos en esta tierra.

 

Dios le ha dado a toda criatura creada por Él un área especial de maestría para cumplir su propósito. Por ejemplo, algunos animales corren, otros saltan algunos nadan, otros van bajo la tierra, y algunos vuelan. Cada uno tiene un rol particular que desempeñar según la forma que Dios les dio.

 

·         ¿Para que vivimos?

·         ¿Qué es la felicidad?

·         ¿Quién soy yo?

·         ¿Por qué el dolor y la muerte?

·         ¿Cualquier tipo de vida es bueno?

·         ¿Cuál es mi propósito en la vida?

·         ¿Cómo he evolucionado dentro de mi desarrollo personal?

·         ¿Es realmente mío el sentido de mi vida?

·         ¿Qué hace que cambie mis metas?

·         ¿Por qué no soy constante con mis objetivos?

·         ¿Esto qué hago me hace feliz?

 

Estas y otras preguntas similares surgen inevitablemente a lo largo de la vida. Son preguntas típicas que el ser humano, como ser racional, se hace. A veces parece que podemos vivir sin plantearlas, y sin responderlas, pero, de vez en cuando, determinados acontecimientos de la vida humana, como la enfermedad, o el nacimiento de una nueva vida, la muerte de un ser querido, nos las evocan de nuevo.

 

Tarde o temprano estas preguntas exigen respuesta, ya que la felicidad personal depende en gran medida de la capacidad que la persona tenga para responderlas en profundidad: “Llegar a ser lo que se quiere ser, con lo que se es, constituye la gran tarea de todo ser humano, en ese camino de crecimiento personal se va fraguando la identidad personal en el horizonte de la búsqueda del sentido de la vida. Saber quién soy, y para que vivo, constituyen las dos preguntas básicas para un proyecto de vida feliz”

 

Vivir con sentido es vivir plenamente, es tener un faro que nos ilumina el camino que escogimos ejerciendo nuestra libertad. Para avanzar hay que dejar cosas atrás, para renovarse hay que re-significar nuestros momentos vividos. ¿Qué tanto hemos aprendido o nos han enseñado a ser responsables de nuestros actos, de nuestros pensamientos? ¿Cómo ejercemos nuestra libertad sin excusarnos en determinismos?

 

1.1.1 ¿Qué quiere decir la palabra “sentido”?

 

Las dos formas de concebir la palabra “sentido” nos pueden ayudar a comprender mejor el problema que nos estamos planteando.

 

1.    “sentido” es en primer lugar: significado, de acuerdo con esta manera de interpretarlo, solemos preguntar qué sentido tiene tal texto o tal palabra. Del mismo modo anhelamos conocer la significación de los acontecimientos de la vida. Continuamente nos preguntamos por el por qué y el para qué de lo que ocurre y de lo que nos ocurre, rebelándonos contra el absurdo y el sin sentido.

 

2.    “sentido” es también: dirección, cuando nos preguntamos, por ejemplo, en qué sentido se  dirige una marcha, si hacia el norte, o hacia el sur.  En este orden de ideas deseamos saber cuál será nuestro final, nuestro destino, no solo en esta vida sino también en el más allá.

 

1.1.2 Descubrir el Sentido de la vida

 

Sin embargo la vida no nos muestra su sentido inmediatamente, la vida está constituida de actos aparentemente aislados, pero  la totalidad de la vida  y el sentido de esa totalidad muchas veces se nos escapan.

 

Por eso es la misma vida la que ha de ser interpretada. La vida de cada persona es un enigma por descubrir. Nuestro esfuerzo está en descubrir ese sentido a partir de una lectura de la vida y cuando el sentido se descubre, la vida se transforma radicalmente. Todo adquiere valor y significado. La mirada que se dirige al mundo ve una realidad renovada, y es, sobre todo, la propia existencia la que se vive con gozo y plenitud.

 

1.1.3 Sentido y felicidad

 

La cuestión del sentido de la vida está íntimamente ligada a la felicidad de las personas, ser feliz consiste en vivir una vida con sentido. A la largo de toda nuestra vida vamos eligiendo y tomando decisiones siempre en busca de mayores niveles de felicidad. Todo ese cúmulo de decisiones y opciones  que, a veces sin percatarnos, vamos tomando van construyendo  lo que somos.

 

Así pues nuestra felicidad depende de nuestras elecciones y de nuestras opciones. A través de ellas construimos día a día el sentido de nuestra vida. Desde la mera razón, es decir pensando, filosofando; o desde las religiones ha ido surgiendo propuestas para darle sentido a la vida.

 

La mayoría de estas propuestas presentan un ideal de felicidad alcanzable y que se ha convertido de hecho en el motor de la vida de tantos hombres y mujeres, no solo de nuestro tiempo, sino a lo largo de la historia de la humanidad.

 

Sin embargo, también encontramos el “sinsentido”. Quizá la expresión más dramática y radical la constituye el suicidio. Aunque resulta difícil describir un fenómeno tan complejo como éste, se puede sospechar que detrás de cada suicidio se esconde una profunda insatisfacción.

 

La persona no encuentra razones positivas para seguir viviendo porque no puede soportar lo que la vida le ofrece. A menudo, las presiones sociales y los falsos ideales que se nos presentan generan frustración e infelicidad profunda.

 

Pero también se dan en nuestra sociedad vidas sin sentido aunque no llegan al extremo del suicidio. Los fracasos acumulados a lo largo de la vida, los ideales no cumplidos y  las expectativas que nunca se realizaron se ocultan muchas veces bajo vidas aparentemente normales. No es difícil encontrar mucho dolor y mucho sufrimiento en las vidas de personas con apariencia de cierta felicidad.

 

A menudo muchos de nuestros deseos e ilusiones proceden de los modelos que se nos ofrecen a través de los mensajes publicitarios. La siguiente lista, intenta expresar la escala de valores que domina en ese mundo. Léela con atención y pon ejemplos de anuncios que tú conozcas y que respondan a esos ideales:

 

Los medios de comunicación  nos presentan (estandarizada) una filosofía de la vida verdaderamente deplorable. Los MASS MEDIA, nos conducen a una domesticación de comportamientos y a una nivelación de las conductas humanas auto-motivadas.

 

¿Cuáles son las claves de esta filosofía de la vida, de este nuevo sentido de la existencia? Intentaremos resumirlo brevemente, casi de forma telegráfica:

 

·         Tener, es más importante que “ser”.

·         Consumir es mejor que “abstenerse”.

·         Ganar es mejor que “perder”

·         Progresar es más decisivo que “saber para qué sirve el progreso”

·         Hacer es mejor que “pensar”

·         Lo presente es más importante que lo pasado o lo “futuro”

·         Aparentar es más astuto que “ser auténtico”

·         Lo urgente vale más que lo “importante”

·         La cantidad cuenta más que la “calidad”

·         Lo material es más necesario que lo “espiritual”

·         Lo individual es primero que lo “comunitario”

·         El dinero es más importante que los “valores”

 

1.1.4 Existen tres grandes grupos de búsqueda de “sentido de vida”

 

a.    Personas que prescinden de cualquier realidad  superior a la vida humana y construyen su significado dentro de los límites de la razón humana. Entre ellas, los humanistas, fundamentalmente filosóficos.

 

b.    Aquellas que cuentan con una realidad superior al ser humano, espíritu o energía universal que gobierna los destinos de la humanidad, pero que no establece relación personal con ella. Es una fuerza superior y exterior a la historia con la que se puede conectar a través de determinados ritos o prácticas. En este segundo grupo encontramos las ciencias ocultas en general. (astrología, yoga, quiromancia, tarot, etc…), la magia y la superstición.

 

c.    Por último, aquellas que aceptan la existencia de un ser superior, Dios, bajo diferentes advocaciones (Yahvé, Alá, etc…) y viven su relación con él de un modo más personal, más íntimo. Dentro de este grupo están las grandes religiones de historia de la humanidad: Hinduismo, budismo, judaísmo, cristianismo, islamismo, y gran parte de las religiones primitivas.

 

Veamos más a fondo este último grupo y preguntémonos cuál es el sentido de vida que buscan los seres humanos al practicar cada una de las religiones.

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1.2 El hecho religioso

El estudio y conocimiento del ser humano está ligado íntimamente con el estudio de la religión. Basta echar un vistazo a los restos arqueológicos más antiguos para que nos encontremos con claros signos religiosos a lo largo de toda la historia humana. Esta experiencia fascinante de la persona nos hace descubrir una de sus necesidades fundamentales: el mundo de lo sagrado, de Dios.

A través del estudio de las religiones vemos, por una parte, el deseo del ser hunmano de trascender esta vida y, por otra, las diversas maneras de manifestarse Dios. Es la admiración de la grandeza, belleza y orden de la naturaleza la que le condujo a preguntarse por la existencia de Dios.

 

La religión se convierte de esta manera en una experiencia exciusivamente humana que nace, como afirmamos arriba,  en el momento en el que la persona se hace preguntas relacionadas con el mundo que ve y siente, y con sus experiencias más profundas, con el sentido de  su vida: ¿Quién soy? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué sentido tiene el dolor, la muerte, la vida? ¿Hay vida más allá de ia muerte? ¿Por qué amamos o deseamos desesperadamente ser amados?

¿Qué es la belleza? ¿Qué es la libertad? ¿...? Éstas y otras preguntas similares son las que. como si de una voz interior se tratara, nos invitan a iniciar la experiencia religiosa y a encontrar en Dios la respuesta.

La experiencia religiosa no acaba con un cuerpo de creencias, sino que implica a toda la persona. Es decir. que la compromete y crea en ella una serie valores y conductas éticas.

 

Para comunicar esta experiencia humana utilizamos el lenguaje particular de la reiigión. Un lenguaje en ei que abundan ios mitos, las imágenes, los símbolos, las metáforas. las alegorías, las parábolas... Un lenguaje que describe lo indescriptible, que hace visible 10 invisible y cercano lo transcendente. El lenguaje reiigioso no sólo se utiliza para hablar de Dios, sino también para comunicarnos con Él y hacerle ilegar nuestras alegrías, tristezas y todo deseo de salvación y felicidad. Para ello realizamos multitud de ritos que llenan de sentido muchas de nuestras fiestas.

 

Un lugar privilegiado en el lenguaje religioso es el que ocupa la oración. que es ia expresión más común y personai que el creyente utiliza para habiar con Dios. La oraciÓn es una actitud que muchas veces no precisa de palabras. El silencio suele ser [a mejor forma de hablar con Dios. Si Él se encuentra en nuestro interior, sólo necesitamos realizar un acto de reflexión, de meditación o contemplación para dialogar con Él, bendecirle, darle gracias y ponernos en sus manos como instrumentos de su voluntad.

1.2.1. La religión 

I. CONTEXTO GENERAL

La palabra religión proviene del latín "religare" y quiere decir "unir" o "atar" al hombre, como criatura creada; con Dios, como ser creador y supremo. En las primeras civilizaciones, culturas y pueblos los elementos de la naturaleza como el sol, la luna, las montañas, lagunas y ciertos animales eran considerados como sagrados. Igualmente, se conservan restos de altares, monumentos y datos sobre honras fúnebres en homenaje a sus muertos.

 

II. RELIGIONES MONOTEISTAS Y POLITEISTAS

El primer grupo es la religión revelada que cree en un solo y verdadero Dios representado en el Judaísmo (4.000 años atrás) en Irak; el Cristianismo (siglo primero de nuestra era) en Israel; y el Islam (siglo VI D.C.) en Arabia Saudita. El segundo grupo, son las religiones naturales que creen en varios dioses mitológicos y legendarios corno el Animismo (20.000 años atrás) de los pueblos ancestrales de Africa, Asia, Oceanía, Australia y las regiones selváticas; el Hinduismo (3.500 años atrás) en la India; el Zoroastrismo (3.000 A.C) de la antigua Persia (Hoy Irán); el Budismo (siglo II A.C.) en el Nepal y el Sintoísmo (siglo VI D.C.) del Japón.

 

III. COSAS EN COMÚN

Para que se cumpla una religión en un plano general, es necesario tres instancias:

1. La existencia de un Dios o dioses a quien adorar.

2. La realización de un sacrificio en su honor como lo sangre de animales, frutas, oro e incluso en la antigüedad víctimas humanas como doncellas vírgenes y niños.

3. En toda sociedad, grupo, clan o tribu siempre ha habido una persona encargada de realizar oraciones y ofrendas en representación de los creyentes, que bien pueden llamarse: rabino para los judíos, sacerdote para los católicos, pastor o reverendo para los protestantes, imán para los islámicos, brahmán o gurú para los hindúes, bonzo para los budistas, o brujo, hechicero, curandero, chaman o zipa para los animistas.

Cada religión llama a  su deidades con nombres propios como en el caso de lo trinidad hindú que son: Brahma (dios creador), Visnú (dios del amor) y Shiva (diosa de la guerra), o Buda (el iluminado) para el  budismo. Ya  en cuanto a las  monoteístas los judíos en lo antiguo alianza le daban el nombre de Yahvé (El que es) (Exodo 3, 14), los cristianos en la nueva alianza le dicen Abba (Padre Nuestro) (Mateo 6,9), y los islámicos lo invocan con el nombre de Alá (el Misericordioso). Del mismo modo, todas tienen un fundador, enviado o profeta como Krisna en el hinduismo, el príncipe Shirdarta para el budismo, Abraham  y Moisés en el judaísmo, Jesucristo para el cristianismo y Mahoma en el Islam.  También tienen un libro sagrado como los textos Vedas (conocimiento) en el hinduismo, el Mantra (herramienta para la meditación) en el budismo, la Torá  (ley mosaica) y el Talmud (ley escrita)  para los judíos, la Biblia (palabra de Dios) para  los cristianos y el Corán (versos sagrados) en el Islam. Además de sus propios calendarios, mandamientos, lugares de culto, ritos, normas y fiestas religiosas.

IV. DATOS ESTADÍSTICOS

De los 6.212 millones de habitantes que tiene aproximadamente la Tierra, 1.300 millones se declaran ateos, agnósticos o sin religión, 1.200 millones son islámicos, 1.071 millones son católicos, otros 1.000 millones de diferentes denominaciones cristianas,  750 millones de hinduistas, 300 millones de budistas, 100 millones de animistas, 15 millones de judíos entre otros.

MATERIAL DE TRABAJO

En esta página encuentras mucho material para tu trabajo de investigación:

Vivamos las expresiones religiosas

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