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Originalidad del cristianismo

El Cristianismo es la religión fundada por Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. En un momento determinado del l tiempo y en lugar concreto de la tierra, el Hijo de Dios se hizo hombre y comienza a ser parte de la historia humana. Como toda religi

Originalidad

En la unidad anterior comprobamos que el hombre es un ser religioso por naturaleza. Desde que conocemos, este hombre sa pregunta por su entorno, busca explicaciones a lo que le rodea, necesita encontrar respuestas a sus interrogantes más profundos dando así origen al Hecho religioso.

 

Vimos una serie de religiones, estudiamos sus manifestaciones e identificamos sus aspectos más relevantes. Ahora le toca el turno al Cristianismo, religión monoteísta fundada por Jesús de Nazaret, "Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que, por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin".

Al igual que todas las religiones, también el Cristianismo presenta manifestación Ética, Cúltica, Racional e Institucional:

                                                                                                

MANIFESTACIÓN ÉTICA: El gran mandamiento del amor rige la vida de todo cristiano.

MANIFESTACIÓN CÚLTICA: Los Sacramentos transmiten al cristiano la gracia de Dios y por medio de la oración se une a Dios Uno y Trino

MANIFESTACIÓN RACIONAL: La revelación de Dios se encuentra en la Biblia y en la Tradición de la Iglesia

MANIFESTACIÓN INSTITUCIONAL: Jesucristo funda su Iglesia para continuar su obra en el mundo.

 

Pero aunque esto es cierto, no podemos conformarnos con ello pues la grandeza de esta religión está en lo que la hace diferente a las emás.

 

En todas las religiones el hombre busca a Dios. Pero ... hay una diferencia esencial entre el Cristianismo y las demás religiones:En el Cristianismo Dios mismo viene en Persona a buscar al hombre.Esa Persona es JESUCRISTO, el Dios-hecho-Hombre. EL, no sólo nos redimió y nos rescató, sino que por EL podemos llamar a ese Dios que todos buscamos “PADRE”

 

¿Son iguales todas las religiones? ¿Dónde está la Verdad plena? ¿En qué radica la diferencia del Cristianismo con otras religiones?

 

Las respuestas a estas delicadas preguntas las daba el Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica “En el Umbral del Tercer Milenio” del 10-11-94, en la cual hace los siguientes planteamientos:

En todas las religiones se da el hecho de que el hombre busca a Dios. Y aquí encontramos el punto esencial por el que el Cristianismo se diferencia de las otras religiones: en éste no es sólo el hombre quien busca a Dios, sino es Dios quien viene en Persona a hablar de sí mismo al hombre y a mostrarle el camino para llegar a El.

Por eso dice San Juan: “A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo Único, que está en el seno del Padre, es quien lo dio a conocer” (Jn. 1, 18). Jesucristo, el Hijo Único, el Dios-hecho-hombre, es la respuesta del anhelo que hay en todas las religiones de encontrar a Dios.

Con Jesucristo, en el Cristianismo, ya no sólo el hombre busca a Dios, sino que Dios habla al hombre. Y no sólo le habla, sino que lo busca. Y Dios busca al hombre con todo el amor y todo el interés con que sólo un Dios, que es PADRE, puede hacerlo. De esta búsqueda de Dios a Sus hijos nos habla Jesucristo en varios pasajes, entre los cuales el de la oveja perdida es uno de los más significativos. (Lc. 15, 1-7)

Dios busca al hombre movido por su corazón de PADRE. Y esta búsqueda tiene su punto culminante cuando el Hijo de Dios se hace hombre, cuando Jesucristo se hace uno igual a nosotros en todo, menos ? en el pecado.

La religión de la Encarnación -el Cristianismo- es la religión de la Redención. Con el sacrificio de Cristo somos redimidos, rescatados, y podemos considerarnos hijos de Dios y llamar a Dios “Padre”.

La religión que brota de la Encarnación -el Cristianismo- es la religión del permanecer en la intimidad con Dios, ese anhelo de felicidad inscrito por Dios mismo en cada una de sus criaturas. Así que, por ejemplo, buscar en la re-encarnación la forma para colmar la aspiración a vivir para siempre o de lograr redimirse uno mismo a través de sucesivas vidas terrenas, es negarnos la redención y la intimidad que Dios nos llama a tener con El. Por eso, y porque está negada en la Biblia (Sb. 7, 6 ­ Hb .9, 27), el Papa la refutaba en esta Carta Apostólica: “La revelación cristiana excluye la re-encarnación y habla de un cumplimiento que el hombre está llamado a realizar en el curso de una única existenciasobre la tierra”.

Así mismo se refería el Papa Juan Pablo II “a las confusiones relativas a la persona de Cristo”, como el “no distinguirlo bien de los fundadores de otras religiones, en las cuales también se encuentran elementos de verdad que la Iglesia considera con sincero respeto”.Estas confusiones pueden llevar a los cristianos a abandonar la Verdad plena por verdades parciales, a contaminarse con errores que los alejan de la Verdad que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, vino a comunicarnos con Su vida, Su muerte y Su resurrección, que nos dejó en Su Palabra contenida en las Sagradas Escrituras y que la Iglesia nos recuerda con su Magisterio de más de 2.000 años. 

 

La originalidad del Cristianismo, lo que le hace diferente a las otras religiones , podemos sintetizarlo en los siguientes puntos:

1. BÚSQUEDA: No es el hombre el que busca a Dios, es Dios mismo el que busca al hombre y le habla por medio de hechos y palabras (REVELACIÓN).

2. PATERNIDAD: Dios es Padre amoroso que cuida a sus hijos.

3. CRISTO: El Hijo de Dios Padre se hace un hombre (ENCARNACIÓN) para reconciliarnos con Dios. (REDENCIÓN) 

4. SANTÍSIMA TRINIDAD: Cristo nos enseña que nuestro Dios es Comunidad: Dios PADRE, Dios HIJO y Dios ESPÍRITU SANTO.

5. AMOR como la base de nuestra fe y el actuar de nuestro Dios.

 

A ver si lo hemos entendido bien… El cristianismo es diferente del resto de las religiones… Jesús es diferente de los otros fundadores… Teniendo en cuenta el material (videos, documento y otras fuentes que investigues), argumenta la afirmación “El cristianismo, una religión diferente”

 

Un hombre cayó en un hoyo. El video nos compara las diferentes religiones no sólo desde lo formal sino desde la respuesta a las preguntas por el sentido que se hace el hombre.

 

Cómo es diferente Jesús de los fundadores de otras religiones. El video analiza la actuación de Jesús y nos da  tres posibilidades de entenderle.

 

 

MATERIAL DE TRABAJO

Material de trabajo

Tema 2: Originalidad del Cristianismo

Comparativo Religiones

Por qué hay tantos grupos que se llaman cristianos?

La negación

de Dios

La Negación de Dios

Aunque desde que comenzamos el curso hemos estado reconociendo que el hombre siempre ha manifestado su ser religioso y que no se conoce una cultura o pueblo sin un ser supremo, también vemos que existen personas que niegan la existencia de Dios o que simplemente no le toman en cuenta, viven al margen de él. Muchos pensadores han basado su discurso en la negación de Dios.

A ver si lo hemos entendido… aunque  el hecho religioso existe, aunque el hombre es religioso por naturaleza, existen ateos que se empeñan en negar la evidencia de la religiosidad.

En su libro R.C. Sproul  explicando por qué existen los ateos, afirma:

“El problema no es que no hay suficiente evidencia para convencer a seres racionales de que hay un Dios, pero que los seres racionales tienen una antipatía natural al ser de Dios. En una sola palabra, la naturaleza de Dios (por lo menos, el Dios del Cristianismo) es repugnante al hombre y no es el foco del anhelo o proyecciones del deseo [como Freud sugiere].

La presencia de Dios es sumamente amenazadora al ser humano. Dios manifiesta una amenaza a los estándares morales del hombre; una amenaza a su búsqueda de autonomía y su deseo de esconderse. La revelación de Dios envuelve la intrusión y, en efecto, la invasión del “otro,” del “diferente,” de lo ajeno y extraño a la circunstancia humana.

En otras palabas, representa la invasión de la luz en la oscuridad a la cual se ha acostumbrado la humanidad.”

 

 

 

Pero… "¿Qué es el ateísmo?"                                             Fuente:

El ateísmo es la creencia de que Dios no existe. El ateísmo no es algo nuevo. El Salmo 14:1 escrito por David alrededor de 1000 a.C. menciona el ateísmo – “Dice el necio en su corazón; No hay Dios.” Recientes estadísticas muestran un creciente número de gente convirtiéndose al ateísmo, con más del 10% de gente alrededor del mundo declarándose a sí mismos partidarios del ateísmo. Así que, ¿por qué más y más gente se vuelve atea? ¿Es el ateísmo realmente la postura lógica que claman los ateístas ser?

 

¿Por qué existe aún el ateísmo? ¿Por qué no Dios simplemente se revela a Sí Mismo a la gente, probando así que Él existe? Seguramente si Dios apareciera, ¡todos creerían en Él! El problema con esta idea es que no es el deseo de Dios sólo convencer a la gente de que Él existe. El deseo de Dios para la gente es que crean en Él por fe (2 Pedro3:9) y acepten Su regalo de salvación (Juan 3:16). Sí, Dios puede aparecer y demostrar de una vez por todas que Él existe. El problema es que Dios claramente ha demostrado Su existencia muchas veces en el Antiguo Testamento (Génesis capítulos 6-9; Éxodo 14:21-22; 1 Reyes 18:19-31) ¿Creyó la gente que Dios existe? ¡Sí! ¿Se volvieron de sus malos caminos para obedecer a Dios? ¡No! Si una persona no está dispuesta a aceptar la existencia de Dios por fe, entonces definitivamente no estará dispuesta a aceptar a Jesucristo como su Salvador por fe (Efesios 2:8-9). Ese es el deseo de Dios – que las personas se conviertan en cristianos, no sólo teístas (quienes creen que Dios existe).

 

La Biblia nos dice que la existencia de Dios debe ser aceptada por fe. Hebreos 11:6 declara, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” La Biblia nos recuerda que somos bendecidos cuando creemos y confiamos en Dios por fe, “Jesús le dijo; porque me has visto Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.” (Juan 20:29).

 

El hecho de que la existencia de Dios debe ser aceptada por fe, no significa que creer en Dios sea ilógico. Existen muchos buenos argumentos para percibir la existencia de Dios. Si hablas inglés, visita la página “Does God Exist?” (“¿Existe Dios?”). La Biblia enseña que la existencia de Dios es claramente visible en el universo (Salmo 19:1-4), en la naturaleza (Romanos 1:18-22), y en nuestros propios corazones (Eclesiastés 3:11). Con todo lo dicho, nuevamente, la existencia de Dios no puede ser probada; debe ser aceptada por fe.

 

Al mismo tiempo, se necesita la misma cantidad de fe para creer en el ateísmo. El hacer la declaración absoluta de “¡Dios no existe!” es hacer una aseveración de conocer absolutamente todo lo que hay que saber acerca de todo – y haber estado en todos los lugares que componen el universo – de haber presenciado todo lo que hay que ser visto. Desde luego, ningún ateo hará estas afirmaciones exactamente. Sin embargo, eso es en esencia lo que ellos aseguran cuando declaran que Dios no existe. Los ateístas no pueden probar que Dios no, por ejemplo, vive en el centro del sol, o atrás de las nubes de Júpiter, o en alguna nebulosa distante. Esto no puede ser probado, así que tampoco puede probarse que Dios no existe. Se necesita la misma medida de fe para ser ateísta, que para ser teísta.

 

Así que, estamos de regreso donde empezamos. El ateísmo no es comprobable y la existencia de Dios debe ser aceptada por fe. Yo creo firmemente que Dios existe. Admito gustosamente que mi creencia en la existencia de Dios está basada en la fe. Al mismo tiempo, rechazo firmemente la idea de que es ilógico creer en Dios. Creo que la existencia de Dios puede ser claramente vista, vívidamente sentida, y ser necesariamente filosófica y científicamente probada. Nuevamente, para más información si te es posible, visita la página en Internet que mencionamos anteriormente. Salmos 19:1-4 dice, “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras…”

 

LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

Demostracion existencia de Dios

Como vemos, el tema de Dios es más complejo de lo que parece. Afirmar o negar su existencia requiere argumentos sobre todo para aquellos que no tienen fe o desconocen la revelación que Dios ha hecho de sí mismo, Esta afirmación nos coloca delante de esta pregunta: ¿Podemos conocer a Dios, afirmar su existencia, aunque no tengamos fe, ni pertenezcamos a una religión o incluso nunca hayamos escuchado de él?

Explicación breve de las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios según Santo Tomás.

Por: P. Miguel Ángel Fuentes | Fuente: Catholic.net

 

La existencia” de Dios no pertenece “necesariamente” a la fe. A esta verdad puede acceder el hombre mediante su razón. Esto no quita que también esta verdad esté revelada (la encontramos en la Sagrada Escritura).

Por este motivo, el Concilio Vaticano I (1869-1870), definió contra el fideísmo y el agnosticismo la posibilidad universal de conocer a Dios, por medio de la sola razón natural (de aquí que esta verdad sea enumerada entre los “preámbulos de la fe”). De todos modos, como no todos los hombres llegan a este conocimiento por su razón (a causa de la debilidad que ha dejado en nuestra inteligencia el pecado original) hay una “necesidad moral” de que esta verdad sea revelada por Dios, para que lleguen a la misma todos los hombres, prontamente y sin mezcla de error.

Las pruebas más tradicionales para demostrar la existencia de Dios son estas cinco vías expuestas de modo magistral por Santo Tomás de Aquino (“Suma Teológica”). Son éstas pruebas propiamente metafísicas. Estas vías son cinco argumentos a posteriori (a partir de las cosas más conocidas por el hombre) que demuestran la existencia de Dios; así, por ejemplo:

 

La primera es la vía del movimiento: la realidad del cambio o del movimiento (en sentido aristotélico) exige necesariamente la existencia de un primer motor inmóvil, porque no es posible fundarse en una serie infinita de iniciadores del movimiento.

 

La segunda es la vía de las causas eficientes: puesto que las causas eficientes forman una sucesión y nada es causa eficiente de sí mismo, hay que afirmar la existencia de una primera causa.

 

La tercera es la vía de la contingencia y del ser necesario: como es un hecho que hay seres que existen y que podrían no existir, esto es, que son contingentes, es forzoso que exista un ser necesario, ya que, de otra forma, lo posible no sería más que posible.

 

La cuarta es la vía de los grados de perfección: puesto que todas las cosas existen según grados (de bondad, verdad, etc.), debe también existir el ser que posee toda perfección en grado sumo, respecto del cual las demás se comparan y del cual participan.

 

La quinta es la vía teleológica o del orden y la finalidad: existe un diseño o un fin en el mundo, por lo que ha de existir un ser inteligente que haya pretendido la finalidad que se observa en todo el universo.

 

Existen otras vías a las que mejor corresponde llamar “argumentos complementarios”. Estas son:

 

1) La demostración por el consentimiento universal del género humano: todos los pueblos, cultos o bárbaros, en todas las zonas y en todos los tiempos, han admitido la existencia de un Ser supremo. Ahora bien, como es imposible que todos se hayan equivocado acerca de una verdad tan importante y tan contraria a las pasiones, debemos exclamar con la  humanidad entera: ¡Creo en Dios!

 

2) Por el deseo natural de la perfecta felicidad: consta con toda certeza que el corazón humano apetece la plena y perfecta felicidad con un deseo natural e innato; consta también con certeza que

un deseo propiamente natural e innato no puede ser vano, o sea, no puede recaer sobre un objetivo o finalidad inexistente o de imposible adquisición; y consta, finalmente, que el corazón humano no puede encontrar su perfecta felicidad más que en la posesión de un Bien Infinito. Por tanto, existe el Bien Infinito al que llamamos Dios.

 

3) Por la existencia de la ley moral: existe una ley moral, absoluta, universal, inmutable, que prescribe el bien, prohibe el mal y domina en la conciencia de todos los hombres. Ahora bien, no puede haber ley sin legislador, como no puede haber efecto sin causa. Este legislador ha de ser, al igual que esa ley, absoluto, universal, inmutable, bueno y enemigo del mal. Esto es lo que denominamos Dios.

 

4) Por la existencia de los milagros: el milagro es, por definición, un hecho sorprendente que es realizado a pesar de las leyes de la naturaleza, ya sea suspendiéndolas o anulándolas en un momento dado. Ahora bien, es evidente que sólo aquel que domine y tenga poder absoluto sobre estas leyes puede suspenderlas o anularlas a su arbitrio. Por tanto, existe un Ser supremo que tiene ese poder soberano.

Fe y Razón

En los temas anteriores hemos visto que hay dos realidades que se relacionan a la hora de estudiar o negar la existencia de Dios: La Razón y la Fe.

LA RAZÓN que nos permite conocer, interpretar. La Real Academia de la Lengua define la razón como la «facultad de discurrir», y «discurrir» lo define como «reflexionar, pensar, hablar cerca de una cosa, aplicar la inteligencia». Discurrir, razonar es entonces la capacidad que tiene el hombre para desarrollar una actividad mental organizada mediante la asociación de ideas, la inducción y la deducción. Esta capacidad es lo que distingue al ser humano del resto de animales. Por esta capacidad puede comprender o buscar explicaciones a lo que le rodea.

 

LA FE nos amplía el diámetro del conocimiento otorgado sólo por la razón orque nos da la posibilidad de conocer la verdad revelada y transmitida por la Palabra escrita; nos da la confianza de que la Palabra de Dios es la verdad y, sobre todo, podemos por ella confiar en Dios mismo y en su fidelidad para cumplir sus promesas. Todo esto no es resultado de razonamientos por parte del creyente. Proviene de la Palabra de Dios (Ro. 10:17) oída, creída y aceptada.

 

Las palabras de Juan Pablo II en su carta apostólica “La fe y la razón” (Fides et ratio) nos explican más este tema: “La fe y la razón” (Fides et ratio)son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo”

Fe y Razón
Dios vs Ciencia. Fuente:

Hay quienes piensan que la ciencia y la religión son cosas contrarias. Aquí una sección dedicada al hecho de que la ciencia y la religión no son contrarias, sino complementarias.

Para muchos opositores del Cristianismo, tener fe es contrario a utilizar la razón. No sólo que la fe es opuesta a la razón, sino que piensan que son mutuamente excluyentes: que donde hay uno, no puede estar el otro. Al parecer, hay una gran guerra entre la fe y la razón...

Pero la realidad está muy lejos de esta afirmación.

 

¿Qué es “fe ciega”?

El problema más básico de este encuentro es la falta de conocimiento sobre lo que verdaderamente es la fe Bíblica.
Hay dos tipos de fe: la fe ciega y la fe Bíblica. La fe ciega es lo que muchos opositores al Cristianismo concluyen como la única fe que se puede tener. Para ponerle una definición a la fe ciega, me uno a las palabras del famoso ateo Richard Dawkins: “La fe es creer a pesar de, o tal vez por causa de, falta de evidencia.” Esta “fe ciega” es contraria a lo que la Biblia establece.

¿Qué es “fe Bíblica”?

La palabra “fe,” en el griego original del Nuevo Testamento es pistis. Pistis significa “confianza.” Fe es confianza... Por supuesto, antes de confiar, se necesitan razones para confiar. En otras palabras, hace falta tener evidencia de que algo es confiable para que puedas poner tu confianza en ello. Por eso es que los médicos – por poner un ejemplo – enmarcan y exhiben sus certificados de doctor y sus honores: para presentarse confiables o dignos de tener tu confianza. Para que se pueda tener fe en ellos.

Por lo tanto, cuando algo se ha demostrado ser confiable es completamente lógico y razonable poner tu fe (confianza) en ello.

Esto requiere uso de nuestra razón y de nuestro juicio para determinar qué es verdaderamente confiable. Por lo tanto, la fe es un ejercicio de nuestro intelecto. (énfasis añadido)

¿Dónde está el problema?

La razón primordial por la cual se piensa que hay que apagar el cerebro para poder tener fe es porque hay muchos Cristianos que viven así. Cuando les hacen preguntas que confrontan, no son sinceros y no dicen “yo no sé.” Hacen algo mucho más dañino al Cristianismo, dicen: “yo lo creo por fe.” Así, la gente se acostumbra a pensar que la fe significa creer porque no sabes o no tienes buenas razones para creer. Y esto es fe ciega.

La fe no es cerrar los ojos y tirarse al vacío. Si Jesús es la luz del mundo, ¿qué sentido hace cerrar los ojos y sacar la luz de ellos?

De hecho, San Agustín hizo una interesante comparación entre la fe y la razón. El decía que la fe y la razón eran como la luz y el ojo, respectivamente. Puede haber toda la luz imaginable a tu alrededor, pero si mantienes los ojos cerrados, no vas a poder ver. De la misma forma, por más abiertos que estén tus ojos, sin luz, no se puede ver nada.

Lafeylarazón

Por lo tanto, la fe y la razón no es un divorcio, es un matrimonio. Se necesita utilizar la razón para poder llegar a confiar, es decir, tener fe.

Cuando el doctor te receta medicinas, tú las tomas por fe. Encontraste razones suficientes como para poner tu confianza en lo que él te dé. En otras palabras, tienes fe en el diagnóstico del doctor, confiando que te dio las medicinas necesarias para tu enfermedad.

De la misma forma, creemos en el Cristianismo porque hemos encontrado evidencias razonables y suficientes como para poner nuestra fe en Él – como para confiar que lo que Él dijo es cierto. De hecho, ¡de eso se trata ésta página en su totalidad!

Después de todo, para eso Jesús vino al mundo: para probarle a todos que Él era digno de ser confiado. 

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