top of page

HIGUERA

Hola, soy una Higuera. Un día en el campo en el que estaba observé que a todos mis amigos les crecían frutos cada día más en cambio a mí no, poco a poco se me iban los frutos, sólo era hojas y muchas hojas.

Un día mí amo trajo una visita a la casa, su nombre era Jesús. Él sintió mucha hambre y le preguntó a mi amo a ver si lo dejaba comer  de nuestros frutos. Al acercarse, vio que todos mis amigos tenían frutos y se dio cuenta que yo solo tenía hojas, hojas y más hojas. Al rato, Jesús me maldijo diciéndome “Qué nadie coma fruto de ti nunca jamás”. Y al ratito, me sequé.

Los amigos de Jesús, los discípulos, me vieron cuando ya estaba seca hasta la raíz. Pedro, uno de los amigos de Jesús al darse cuenta de lo que me pasó, le dice a Jesús que la maldición que me había hecho había funcionado.

Al inicio, estaba molesta por lo que me hizo Jesús. Pero poco a poco fui comprendiendo lo que pasó.

Lo que pasó fue que yo no tenía fe en mí, fe en qué no podría tener frutos al igual que mis amigos, por eso, solo tenía hojas y Jesús me secó pero después de que Jesús pronunciará esas palabras ante mí comprendí que hay que tener fe en uno mismo para lograr las metas que uno se propone.

 

Marcos 11: 12-26.

  • 12-14 Jesús maldice a la higuera

  • 20-26 El poder de la fe

bottom of page