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FARISEO

 

 

Mi negocio nunca ha estado mejor, mi familia está sana y siempre hay comida en la mesa; si todo está bien y somos felices, entonces ¿por qué me siento tan preocupado? Será quizás por la llegada de este tal Jesús. Desde su llegada, las cosas no han sido las mismas en la cátedra: el está en contra de lo que somos y de lo que predicamos. Está haciendo que la gente se ponga en nuestra contra.

No me malentiendan, las cosas nunca han sido tan amigables entre el pueblo y los aristócratas, pero con la llegada de Jesús, que se hace llamar “el Mesías”, nosotros y todos los gobernantes de Israel han empezado a preocuparse de esta grave situación.

Me preocupa que este tal Mesías vaya a causar una verdadera revolución en este pueblo, con sus ideas locas y llenas de mentiras. Sin embargo, he notado que la gente parece enamorarse cada vez más de sus historias y de sus palabras. ¿Cómo pueden creer lo que diga ese mentiroso? No hace más que usar el nombre del Señor en vano… es repugnante.

Hoy, se ha atrevido a llamarnos hipócritas, nos ha condenado al infierno, y nos ha llamado “generación de serpientes” ¿Pueden creerlo? De toda la gente puerca que hay en este sucio pueblo, ¿nos ha condenado a nosotros? JA JA, no lo creo. Por lo menos yo sé que no tengo nada que ocultar, quiero decir, nosotros los fariseos somos los aristócratas de Israel, encargados de gobernar este pueblucho infectado del pecado: adúlteros, mentirosos, prostitutas, ladrones, ¡Pecadores, todos y cada uno de ellos! Y se va a atrever a decir que Dios nos cerrará las puertas del paraíso a nosotros, que vamos a la cátedra todos los días y gobernamos a Israel y tratamos de integrar la espiritualidad en nuestra rutina, en nuestros hogares y nuestras familias. Nosotros somos los sacerdotes, los pontífices, nosotros estudiamos y predicamos la Palabra, nosotros que vivimos de la riqueza y no le robamos a nadie. Les aseguro que todos esos pecadores comunes descenderán al infierno antes que nosotros.

En circunstancias normales les aseguro que ignoraríamos esta clase de situaciones; el único problema es que ese Jesús ha venido a prometer la salvación, es un falso Mesías, pero hay algo distinto en Él. La gente parece creerle sus mentiras, se ha ganado la confianza de Israel, niños y mujeres le alaban y le bendicen todos los días, hombres acuden a él con peticiones y agradecimientos. Le rezan y, me atrevo a decir, le quieren. Parece que este pueblo es más incrédulo de lo que me imaginaba, y es por eso que estoy angustiado.

Pronto el pueblo dejará de confiar en nosotros y seguirán a este perdedor: si eso ocurre, solo me puede imaginar el caos que desatará, y si Roma se entera.. estaremos todos condenados aquí en la Tierra.

Ese Jesús es un loco que quiere causar problemas. Hemos estado considerando ocuparnos del asunto nosotros mismos, pero a veces pienso que es muy tarde para ello. El pueblo lo adora demasiado, sabemos que lo que hace: predicar sus mensajes en el pueblo, ayudar a los mendigos y leprosos, y utilizar el nombre de Dios en vano, es una ofensa al Señor; pero ¿Cómo condenarlo?¿Acaso, se levantaran y lo defenderán? De igual manera, mis compañeros y yo estamos frustrados y después de esta humillación pública hemos decidido que debemos atacar lo más pronto posible, antes de que Jesús ponga al pueblo en nuestra contra.

Definitivamente, no entiendo a Jesús, hoy nos ha dicho que quien se humilla será enaltecido, y que quien se enaltece será humillado, pero la verdad es que ya ni siquiera me esfuerzo en entender sus cuentos bobos esos, no tengo tiempo para eso, tengo que honrar la palabra de Dios, la única que me dice la verdad.

 

Hoy me ha preguntado un amigo: ¿Por qué se molestaría Jesús en mentir y pecar en público? No supe que responderle, pero aquella duda me puso a pensar: ¿Por qué insultarnos a nosotros, los gobernantes de este lugar, los que tenemos el poder de arruinarle la vida, los que guiamos espiritualmente a este lugar lleno de ladrones? ¿Por qué arriesgar su libertad e incluso su propia vida en vano? ¿Por qué cometer esos “milagros”, que estoy seguro, son solo blasfemas ilusiones? Debe de estar loco, fue lo primero que me imagine, quizás es un enfermo mental, quizás está lleno de codicia y sediento del poder que tenemos o tal vez haya algo de verdad en lo que dice… supongo que eso es lo que más me preocupa.

 

 

Mateo 23

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