Vayan por el mundo...
Los misioneros de Deja Huella, viendo nuestro desarrollo como grupo católico y analizando la realidad política, social, económica, cultural y religiosa del país y del mundo, vemos la necesidad de traducir nuestro compromiso cristiano en un servicio concreto que responde al deseo de Jesucristo de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio
Hoy más que nunca existe una gran necesidad de evangelizar a cada persona anunciando el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios[1]. Hay una urgencia de promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre[2]. También es urgente “llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad”[3] generando procesos de encuentro y de inculturación.
Y es por ello por lo que los misioneros de Deja Huella nos formamos y preparamos a lo largo del año para asumir nuestra responsabilidad en la construcción del Reino de Dios en el diario vivir y además ofrecer a la Iglesia católica unas acciones concretas de servicio, catequesis y apostolado tanto en el lugar en donde vivimos, como en otros sitios en donde se pueda realizar un Campamento Misión que lleve el mensaje de Jesús a los más necesitados.
[1] Cf. EN. 20
[2] EN 31.
[3] EN 18