La historia de la Iglesia es nuestra historia...
Que el conocimiento de los hechos nos haga descubrir la maravilla de ser Iglesia, la grandeza de nuestra fe, nos aliente en la edificación de esta Iglesia y nos haga escribir también un capítulo de la misma...
A LO LARGO DEL TIEMPO
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Después de haber constatado que el hombre es un ser religioso por naturaleza y de que Dios se sirve de esta realidad para comunicarse con él y sabiendo, además la Verdad de la religión Católica, en esta parte del curso vamos a profundizar en el tema de la Iglesia. En años anteriores has estudiado un poco sobre ella pero ahora vamos a ver cuál ha sido su desarrollo desde el origen hasta nuestros días. Podrás constatar que la Historia de la Iglesia se desarrolla al igual que se dearrolla la historia civil y que, tanto la una como la otra, se influyen mutuamente. Entenderás muchas de las cosas que han sucedido y podrás luego afirmar que cada período del tiempo debe ser estudiado desde la prespectiva en que se vivió.
"Cualquier persona tiene deseos de conocer los antecedentes de su propia familia: de dónde procede, quiénes fueron sus parientes y qué hicieron. Es lógico, por tanto, que los cristianos tengamos el deseo de conocer la historia de nuestra Santa Madre la Iglesia,que es interés por saber los dones y las providencias de Dios, y la manera como los hombres correspondieron a esas gracias." (www.Encuentra.com)
Síntesis
Historia de la Iglesia
Ficha Santa Bárbara
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La Iglesia en la edad antigua
Jesús de Nazaret se presentó como el Mesías esperado, pero las autoridades religiosas judías lo consideraron como un impostor y lograron que los romanos lo condenaran a muerte y lo ajusticiaran en la cruz. Los judíos pensaban que con la muerte de Jesús también se acabaría su grupo pero un tiempo más tarde los apóstoles fortalecidos por el don del espíritu y la fe en la resurrección empezaron a afianzarse y a extenderse primero por el mundo judío y más tarde por el pagano.
Si queremos conocer las primeras comunidades cristianas tenemos que leer el libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por un hombre muy culto que desde el siglo II se piensa fue Lucas el evangelista que a su vez era discípulo de Pablo.
Este libro reúne los relatos orales es decir, lo que se iban contando unos a otros. El autor quiso reunir estos relatos y dejarlos a la segunda generación de creyentes que no había conocido a Jesús.
El protagonista por excelencia es Pablo de Tarso un judío que tras su conversión al cristianismo aparece como referente fundamental de apóstol y primer misionero, encargado de difundir el cristianismo en el mundo grecorromano.
El origen de la Iglesia es Jesús de Nazaret. Pero no se puede hablar de un momento concreto en el que Jesús declara fundada la Iglesia. Fue más bien, un proceso en el que destacan unos acontecimientos decisivos:
1. Jesús anuncia el anuncio del Reino de Dios a todos aquellos que se acercan para oírle. Él es el Maestro y sus oyentes los Discípulos. A ellos cómo deben vivir para alcanzar ese reino. Quiere que sus seguidores se reúnan y vivan juntos esos valores.
2. Luego de predicar, elige a un grupo de terminado, los Apóstoles, y con ellos crea una comunidad de hermanos, unidos por el amor, el servicio y la ayuda mutua y para predicar el amor, la paz y la justicia.
3. Este pequeño grupo debía tener una cabeza, alguien que tomaría el mando cuando Jesús retornara al Padre Dios por ello Jesús elige a Pedro y, jugando con el significado de su nombre (Pedro=Piedra), le nombra su sucesor, cabeza, piedra primera de la Iglesia, sobre la que se edificará el nuevo pueblo de Dios.
4. Con la muerte y resurrección de Jesús se confirma el poder de Dios. Vencedor del pecado y de la muerte Jesús continuará su obra en la tierra por medio de esa nueva comunidad, la Iglesia.
5. No era fácil la nueva misión. Todo parecía estar en contra de los primeros cristianos y es entonces cuando el Espíritu Santo se derrama sobre ellos y les transformó radicalmente haciéndoles pasar miedo al valor, de la incredulidad a la fe y del individualismo egoísta a la fraternidad.
6. Con el paso del tiempo aumenta el número de cristianos y Pablo de Tarso juega un papel importante: después de ser perseguidor se convierte en proclamador del mensaje de Cristo y de esta manera la Iglesia sale de Palestina y llega al centro del Imperio, a Roma, y desde allí a todo el mundo.
Podemos decir entonces que hoy como ayer, la Iglesia es la encargada de realizar en el tiempo el proyecto de Jesús de transformar el mundo en el Reino de Dios, liberando al hombre de todo cuanto le esclaviza.
La Iglesia fundada por Jesús tiene unas notas que la caracterizan: Es Una, Santa, Católica y Apostólica.
Los primeros
Los que quedaron tras la muerte de Jesús eran demasiado pocos y estaban temerosos para poder manifestarse como seguidores de Jesús. Los apóstoles, su madre y algunas mujeres de los íntimos de Jesús permanecían a la expectativa y decidieron presentarse en público. Pero para ello tuvieron que vivir una experiencia transformadora de fe y de fuerza que se produjo en la festividad de Pentecostés.
Los apóstoles se reunieron para separarse, la experiencia vivida con Jesús había sido intensa pero breve y ahora ya no tenía sentido. Gracias a la acción del Espíritu que la tradición siempre ha representado como unas leguas de fuego que se posan sobre las cabezas de los apóstoles pierden el miedo. De esta forma la Iglesia de Cristo nace en Pentecostés y luego de este hecho los Apóstoles, comienzan a predicar a todas las gentes (cfr. Hch. 2,1-41; 4,4) siguiendo el mandato de Jesucristo y surgen así las primeras comunidades cristianas que tenían unas características concretas que surgían de su vida comunitaria:
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Catequesis, Profesión de fe,
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Comunión de bienes materiales,
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Bautismo,
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Oración y
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Celebración de la Eucaristía como momento central de su vida y su crecimiento.
Más tarde, en la ciudad de Antioquía —donde muchos se habían bautizado—, los discípulos de Cristo "comenzaron a llamarse cristianos" (Hch. 11,26) por primera vez.
Los Apóstoles fueron predicando por todo el mundo. San Pedro, Cabeza de la Iglesia, estableció su sede en Roma. San Pablo —que primero persiguió a la Iglesia y después se convirtió— realizó viajes por Asia Menor y por Europa abriendo las puertas de la fe a los "gentiles": es decir, a los que no eran judíos (cfr. Ef. 3,5-12). Se le llama "El Apóstol de las Gentes".
Los cristianos comienzan a crecer en número y por eso son perseguidos pues les consideran peligrosos. Las primeras persecuciones tuvieron lugar en Jerusalén, por parte de los judíos y luego por los romanos y, aunque los Primeros Cristianos gozaron de periodos de tranquilidad y paz, sufrieron durísimas persecuciones durante los tres primeros siglos, por orden de los emperadores romanos o con el consentimiento de las autoridades, por diversas causas:
-porque no querían someterse al culto estatal, que era lo políticamente correcto en aquella época;
-porque sus vidas contrastaban radicalmente con la inmoralidad generalizada de las costumbres paganas de su tiempo.
Muchos hombres y mujeres fueron asesinados por creer en Jesús (los conocemos con el nombre de mártires) El primer mártir fue san Esteban (cfr. Hch. 7,54). Estas persecuciones y muertes no hicieron disminuir el número de cristianos, al contrario, cada vez eran más.
En estos primeros siglos surgieron LOS PADRES DE LA IGLESIA que son escritores cristianos y que sobresalen por su fe y santidad de vida. Su vida y sus escritos tienen gran importancia para la transmisión fiel de la verdad revelada. La expusieron teológicamente y la defendieron de los errores que empezaron a surgir desde el comienzo. Entre ellos se encuentran san Clemente de Roma, tercer sucesor de san Pedro; san Ignacio de Antioquía, san Benito, san Jerónimo, san Agustín.
Luego de tres siglos de persecuciones, hechos importantes surgieron:
* En el año 311 el Emperador Galerio dio una orden de tolerancia hacia los cristianos haciendo que las persecuciones sangrientas disminuyeran.
* En el año 313 el emperador Constantino, por el "Edicto de Milán", reconoció a los cristianos la libertad de confesar y practicar públicamente la fe.
* En el año 392 el Emperador Teodosio el grande prohibió el paganismo e impuso el Cristianismo como religión oficial del imperio.
Algunos errores necesitan aclararse
En los siglos siguientes, todos los pueblos de Europa se fueron convirtiendo al cristianismo pero el hecho de ser una religión impuesta hizo que no se conocieran las bases de la misma y muchos comenzaron a dar interpretaciones equivocadas a la fe que Jesús nos había transmitido y que los apóstoles enseñaban. Es la época de los errores, las herejías y los concilios. De esta manera surgieron las HEREJÍAS o errores que atacaban la fe de la Iglesia. Por su parte la Iglesia se vio en la necesidad de “aclarar” esos errores por medio de reuniones de Obispos (CONCILIOS) y en las que se redactaba lo que la fe cristiana afirmaba y creía (DOGMAS DE FE):
1– Un señor llamado Arrio decía que Jesús NO era Dios. Los obispos se reunieron y en el concilio de NICEA (315) aclararon este error diciendo: «Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza queel Padre...»
2– Aparece más adelante otro error que afirma que el Espíritu Santo no es Dios. Los obispos se reúnen en el Concilio de Constantinopla (381) y aclaran esta idea defendida por el señor Macedonio: “Creemos en el Espíritu Santo, de la misma naturaleza que el Padre y el Hijo...”
3– Luego vino Nestorio y dijo que en Jesús habían dos personas una que era Dios y otra que era hombre y que María sólo era la mamá del hombre. Los obispos también se reunieron y en el Concilio Efeso (431) y aclararon que en Jesús SOLO HAY UNA PERSONA con dos naturalezas y que la Virgen María es la Madre de Jesús que es hombre y Dios al mismo tiempo.
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San AgustÍn
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La Vida Monástica.
Después de estos hechos, surge algo maravilloso: grandes Santos corno Pablo de Tebas o San Antonio, entre otros muchos, atraen a miles y miles de hombres y mujeres a vivir totalmente entregados a Dios, lejos del mundo, sus placeres y ambiciones. San Benito, que nació en Nurcia, Italia en 480, con su Regla dio esplendor y fuerza al monacato en la Iglesia, fuente de cultura y civilización en toda Europa.
Estos anacoretas vivían al pie de la letra las palabras de Jesús “Si quieres ser perfecto, vende cuanto tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme” Estos mismos ideales fueron asumidos por San Pacomio 287-346 y aplicados a la vida en comunidad o cenobio. Había nacido el monacato.
El Monacato es una de las instituciones que más brillo ha dado a la Iglesia. Nació en Oriente en los primeros siglos. Algunos cristianos abandonaban a su familia para llevar una vida en soledad, pobreza y celibato. En pocos años el número de anacoretas se multiplicó. Bien vivían solos en grutas, bien se agrupaban en torno a un monje al que convertían en maestro espiritual. Uno de los más importantes fue S. Antonio Abad (251-356 aprox.).
Cada monasterio masculino o femenino era un centro civilizador, llevando a todos los países antes que nada la alfabetización, acompañada de la instrucción en toda clase de artesanías y oficios. Podemos incluir aquí la reflexión de que exactamente fue lo que sucedió en nuestra Patria durante la Colonia: fueron los frailes españoles los que enseñaron a los indios cosas que aún ahora forman parte de su acervo cultural.
La lista de Santos monjes y Santas monjas es tan impresionante como asombrosa. ¡Cuánto les debemos nosotros a los monjes! Entre otras cosas la Biblia que usamos todos los días, ya que fueron ellos los que con infinita paciencia, antes de la invención de la imprenta, copiaron manualmente durante siglos la Palabra de Dios.
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Para comprender este época, comencemos con un ejemplo: Nos parece natural, al ver una mancha en un mantel o en una hoja de papel, fijarnos solamente en esa mancha, olvidando todo lo demás. Y si además ponemos en nuestros ojos mala voluntad, cometemos grandes injusticias.
Esto es lo que pasó con lo que se llama Edad Media, que comprende de los siglos VIII al XIV, o sea, de los años 700 al 1399, en los que la influencia de la Iglesia Católica en Europa fue determinante en todos los aspectos.
Hubo errores y muchos. Cosas que no se comprenden fácilmente con la mentalidad que tenemos en esta época. Recordemos que no podemos juzgar acontecimientos que pasaron hace miles de años sin comprender la mentalidad reinante de esas épocas. Ahora nos parece impensable el colonialismo, y sin embargo todavía el siglo pasado, los países Europeos se repartieron África en 1853 en Berlín, como si fuera un pastel.
Hemos de hacer por lo tanto un esfuerzo intelectual muy serio para ubicar los acontecimientos históricos y las acciones de la Iglesia en la Edad Media sin trasladar la sensibilidad y la mentalidad que tenemos ahora a aquella época.
Dos hechos fundamentales vamos a tener en cuenta en esta época: Las cruzadas y el Cisma de Oriente.
Las Cruzadas fueron unas expediciones militares con el fin de recuperar tierra santa del dominio de los musulmanes. Se llevaron a cabo durante un período de casi doscientos años (1096 - 1291). En esa época era normal luchar por la fe pero con el paso de los años hemos entendido que la violencia nunca es buena por ello en el año 2000, el Papa de la Iglesia Católica, Juan Pablo II, pidió públicamente perdón por los pecados cometidos en las cruzadas, asegurando además que no ocurrirán nunca más.
En la Edad Media la Iglesia se extendió por toda Europa gracias a los misioneros pero también se produjo una división dentro de la Iglesia que conocemos con el nombre de Cisma de Oriente. La división se dio básicamente por:
1– Autoridad y sede: Oriente quiere que su jefe, su Patriarca sea la cabeza de la Iglesia y que la sede no esté en Roma.
2– Oriente no admite la Autoridad del Papa que está en Roma, en Occidente.
3– Oriente no admite que El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo sino sólo del Padre.
Como estas ideas no eran verdad la Iglesia no las acepta y pide que se corrijan esos errores pero el patriarca Miguel Cerulario no quiso obedecer y continuó enseñando estos errores a la gente y así, en el siglo XI fue declarado en excomunión, sus enseñanzas no son las de la Iglesia católica y así se separó de ella dando origen al Cisma (una parte de la Iglesia en Oriente se separó de la sede de Roma y de la autoridad del Romano Pontífice). Desde entonces la Iglesia queda dividida y comienzan a distinguirse dos Iglesias: Cristianos Católicos y Cristianos Ortodoxos.
En el siglo X Se implantó el llamado sistema Feudal, en que los señores poseían la tierra y la trabajaban sus vasallos. La Iglesia trató de suavizar el sistema, pero se vio envuelta en el mismo al ser muchos Obispos dueños de tierras.
Igualmente floreció la "simonía" consistente en otorgar dignidades eclesiásticas a cambio de dinero o propiedades sin importar la calidad moral del solicitante.
Pero la Iglesia reaccionó con una auténtica reforma. A pesar de tanta división y tanto problema interno surgen numerosos santos, hombres y mujeres que, dejándolo todo se consagran a Dios y se internan en los monasterios. El Monacato es una de las instituciones que más brillo ha dado a la Iglesia y aunque nació en Oriente en los primeros siglos, en la alta Edad Media florece de nuevo. Se difunden los monasterios de benedictinos, que siguen la "Regla" de San Benito (s.V) a ellos acuden algunos cristianos que abandonan a su familia para llevar una vida en soledad, obediencia, pobreza y castidad.
En el siglo XIII nacen grandes órdenes religiosas:
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Órdenes "mendicantes" como franciscanos (san Francisco de Asís ) que testimonian el evangelio desde la pobreza y el pedir limosna
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Órdenes de Predicadores como los dominicos (santo Domingo de Guzmán) que testimonian el Evangelio desde la ciencia y la cultura, enseñando en las academias y universidades.
Sabías que la universidad fue un invento que surge desde la Iglesia católica? En el siglo IX, se ordenó que junto a las Catedrales Católicas se construyeran escuelas. De estas Escuelas de Catedrales surgieron las primeras Universidades.
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Durante la Edad Moderna tuvo lugar la evangelización de América y de Asia, tras el descubrimiento de América (1492). Esta evangelización fue realizada sobre todo por los misioneros y en parte por colonizadores —artesanos y comerciantes, funcionarios y soldados, etc. — animados de espíritu cristiano. En los siglos XVI y XVII muchos misioneros, portugueses, italianos y españoles como san Francisco Javier, predicaron el Evangelio en diversos lugares de Asia: en India y Japón, en China, y en las Islas Filipinas donde arraigó profundamente la fe.
Pero no todo era bueno. En el s. XVI muchos de los miembros de la Iglesia se olvidaron de las enseñanzas de Jesús y buscaron sus propios beneficios. Lutero (1483-1546), un monje alemán, se dio cuenta de ello y protestó contra la actuación de algunos miembros de la Iglesia que no vivían la verdad del Evangelio y planteó una REFORMA.
Aunque en cierta parte Lutero tenía razón, la manera de realizar un cambio en la Iglesia no fue la adecuada y por ello la dividió de nuevo. Ahora ya no sólo existían cristianos católicos, cristianos ortodoxos sino que se añadían los cristianos Protestantes.
A las protestas del luteranismo se unió Juan Calvino haciendo que en Suiza y en otras naciones de Europa se extendiera el calvinismo.
También Gran Bretaña se separó de Roma a causa del rey Enrique VIII, pero su motivo fue diferente: él estaba casado con Catalina de Aragón y un día decidió que ya no la quería y que quería casarse con Anabolena. Pidió cambiar de esposa y como la Iglesia no se lo permitió porque los matrimonios son hasta que la muerte separe a los esposos, decidió crear su propia iglesia, dando inicio al anglicanismo.
Un personaje importante en este hecho fue el Canciller de Inglaterra, santo Tomás Moro que se opuso heroicamente a esta ruptura y por ello fue encerrado en la Torre de Londres, mientras aguardaba la hora de su muerte por oponerse a las ideas del rey.
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9 Un alto en el camino: Trento
Todo el movimiento de protestas se conoce con el nombre de reforma protestante y ante esta reforma la Iglesia responde aclarando la verdad de la fe mediante el Concilio de Trento (1545-1563) que aclaraba lo que Jesucristo había establecido y quería para la Iglesia. Esta defensa que la Iglesia hace se le conoce como Reforma católica o Contrareforma.
El Concilio de Trento tuvo especial importancia en el paso del Medioevo a la Edad Moderna. Fue un concilio ecuménico, esto es, una reunión de los principales cargos de la Iglesia para tratar temas eclesiásticos convocado por el Papa y que repercutía a toda la cristiandad. Concretamente lo convocó el Papa Paulo III, no sólo para responder a la Reforma protestante sino también para fijar el dogma católico tras la degradación y crisis a que había llegado la Iglesia católica en el siglo XVI.
Trento no pudo ser un concilio para unir católicos y protestantes; pero fue el gran concilio de la Reforma católica. Su obra fue extraordinaria tanto en el campo doctrinal como en el disciplinar.
En cuanto a Doctrina, se declaró ante todo que
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la Revelación divina se ha transmitido por la Sagrada Escritura interpretada por el Magisterio de la Iglesia y la Tradición apostólica.
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El concilio abordó el tema clave de la justificación y, frente a las teologías luterana y calvinista, declaró que la gracia divina y la cooperación libre y meritoria de la voluntad humana obran en concurrencia la justificación del hombre.
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El otro tema dogmático tratado por el concilio sobre los sacramentos, donde tanta confusión habían sembrado los protestantes: se definió la doctrina de los siete Sacramentos y las notas propias de cada uno de ellos.
También en esta época, siglos XVI y XVII, hubo grandes santos que contribuyeron con su ejemplo y con sus escritos, a la renovación de la vida cristiana. Entre ellos encontramos a san Pedro de Alcántara; los carmelitas santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz; el fundador de la Compañía de Jesús, san Ignacio de Loyola, etc.
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10 Nuevas ideologías
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11 La guerra y sus consecuencias
Entramos en la Edad Contemporánea. En el plano social y económico el siglo XIX es el siglo de la revolución industrial, el siglo de la expansión de los imperialismos y del capitalismo, de los movimientos obreros, del marxismo. Es el siglo del romanticismo y del realismo, en el plano cultural. Es el siglo del liberalismo. Es el siglo del despertar de la conciencia social en la Iglesia. Es el siglo de la formación de las nacionalidades en Iberoamérica. Es el siglo de la restauración. (http://es.catholic.net/op/articulos/7737/20a-sesin-siglo-xix-edad-contempornea.html)
Ideológicamente y como consecuencia de la revolución francesa surgió el Liberalismo con él aparecieron otras ideologías totalitarias como el Socialismo, el Marxismo y el Anarquismo que también estaban relacionadas con el materialismo y el racionalismo reinante…
Esta situación de los obreros exigía una respuesta seria y profunda…
· Por un lado Marx y Engels publicaron sus ideas sobre este tema alentando a los obreros a librarse de la alienación producida por el capitalismo para llegar al Comunismo
· y por otro lado, la Iglesia desarrolló su Doctrina Social, basada en los derechos y las obligaciones tanto de Ricos como de Pobres, basándose en los principios cristianos y buscando sociedades pacíficas
También la guerra se hará presente en la Edad Contemporánea. Era el año de 1924 cuando el presidente del partido nazi, Adolf Hitler, escribía en el presidio de Landsberg su libro “Mein Kampf”, es decir “Mi Lucha”. En el transcurso de 8 meses de prisión se delineaba el pensamiento antisemita de uno de los más brutales dictadores de la historia. En las últimas líneas del capítulo segundo de la primera parte de su libro expreso lo siguiente: “Me hallaba en la época de las más honda transformación ideológica operada en mi vida: De débil cosmopolita debí convertirme en antisemita fanático”. Este exaltado orador cautivaba a su auditorio alemán aduciendo que la raza aria era superior y por ende merecía un mejor nivel de vida, pero tenía un problema: el pueblo judío.
El führer (líder) como le llamaban vehementemente sus fanáticos seguidores quedaron convencidos de “La Solución Final”, es decir el genocidio total de la comunidad judía. Los brazaletes amarillos con la estrella de David colocados en el brazo identificaban a los judíos y en las “marchas de la muerte” fueron llevados a los guetos primeramente y luego a los campos de concentración y exterminio.
En la “culta sociedad alemana” de Hitler se asesinaron de la manera mas cruenta cerca de seis millones de judíos. Niños, bebes, mujeres embarazadas, científicos, papas, mamas, religiosos, abuelos, artistas, empresarios, estudiantes, maestros, todos ellos y ellas que formaban parte de una sociedad pujante ahora tenían lágrimas en sus ojos, incertidumbre en su corazón y heridas y muerte en su cuerpo.
Cada persona muerta era una tragedia, pero en ese periodo funesto de la historia, ¿Qué hacía el resto de los mortales? ¿Qué hacían los cristianos? Es más: ¿qué hacían los que sabían de esta barbarie?. En la ficha 10 “guerra, totalitarismos y DSI” podrás encontrar la respuesta a estos interrogantes.
La segunda mitad del s. XX estuvo marcada por una reunión de Obispos, el Concilio Vaticano II (1962-1965), que se propuso renovar la vida de la Iglesia, con fidelidad plena a las enseñanzas de Jesucristo. Los Obispos nos recordaron que todos estamos llamados a ser santos y dejaron varios documentos importantes para la vida de la Iglesia.
En las últimas décadas del s. XX se extendió en muchos países un paganismo basado en el materialismo de Oriente (marxismo) y el materialismo de Occidente (materialismo consumista), errores que la Iglesia ha ido enfrentando con la defensa de verdad del Evangelio. También el siglo XX conoció grandes Papas, que destacaron por sus enseñanzas y su vida: Pío XI, Pío XII, san Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y San Juan Pablo II, quien alentó a los cristianos durante su pontificado, para que llevasen a cabo una nueva y vibrante evangelización y creo las Jornadas mundiales de la Juventud. En su pontificado los jóvenes reavivaron el amor a la Iglesia y a la misión de evangelizar.
En el siglo XX surgieron numerosos santos que alentaron la vida y la obra de la Iglesia: san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, Santa Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad; Padre Pío de Pietracina; Maximiliano Kolbe que dio su vida a cambio de un prisionero en el campo de concentración; Edith Satein filósofa judía que se convirtió al Cristianismo y se hizo monja de clausura; el Cardenal Van Thuan, de Vietnam.
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12 La Iglesia de nuestros días
En este siglo la Iglesia ha tenido que afrontar numerosos retos en su acción evangelizadora: seguir clarificando su doctrina en materia social, puntualizar la dimensión ética de los avances técnicos y científicos; encauzar correctamente la interpretación de la Escritura sin las exageraciones del modernismo; iluminar la actividad de los católicos en la política; cuidar la recta interpretación y aplicación de los documentos emanados por el Concilio Vaticano II; afrontar el reto de predicar a Cristo en un mundo secularizado, que relativiza toda verdad religiosa y moral, y hunde al hombre en el vacío existencial; contrarrestar el empuje de las sectas, etc.
Hoy, la Iglesia del siglo XXI es una iglesia que sale al encuentro del hombre y que evangeliza por su ejemplo más que por los argumentos, Es y debe ser una Iglesia de puertas abiertas como lo pide el papa Francisco. Una Iglesia que hoy defiende a los refugiados, a los sin techo, a los que son víctimas de los abusos de los sistemas económicos que los excluye. Dos papás tenemos en este siglo, Benedicto XVI y Francisco, primer Papa latinoamericano.
El Papa Francisco nos dice cómo debe ser la Iglesia de Hoy:
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Centrada en Jesucristo
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Cercana y acogedora
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Joven y alegre
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Sencilla y pobre
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Llena de ternura y misericordia.
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Misionera
Si nos preguntamos ¿Cuál es el propósito de la iglesia? Podemos remitirnos a 1 Corintios 12:12-27 donde nos dice que la iglesia es el “cuerpo” de Dios – somos Sus manos, boca y pies en este mundo y si esto es así, hoy la Iglesia, NOSOTROS, estamos para hacer las cosas que Jesucristo haría si Él estuviera aquí físicamente en el mundo. La iglesia está para ser “cristiana” --- es decir, “como Cristo” --- y para ser seguidores de Cristo.
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